Vivimos un momento en la historia donde la investigación, la evidencia, la información sobre las mejores prácticas y los datos estadísticos se están convirtiendo en elementos valiosos y accesibles, pero los países aún están aprendiendo cómo capitalizar éstos.
La OCDE ha trabajado con las naciones para desarrollar y transmitir información que haga posible comparar datos que pueden ser tan básicos como niveles del PIB, aprovechamiento escolar, crecimiento demográfico, edad, cantidad de alumnos y maestros. Existen también datos cuantitativos más específicos en estudios que buscan mejorar la calidad de vida de la población: la relación salario-años de estudio, la importancia de maestros y líderes escolares en el aprendizaje de los y las alumnos; por ejemplo. Pero, ¿qué significan estas variables para un país cuando intentamos relacionarlas? ¿Cuáles son los retos que enfrentan los países y cuáles las políticas educativas que pueden ser efectivas? Respondiendo a estas preguntas desde una perspectiva de comparativa internacional, la OCDE provee recomendaciones basadas en políticas que han funcionado.
No cabe duda, la educación de hoy dará forma al futuro de las naciones. La Dirección para la Educación de la OCDE ayuda a los países a conocer de mejor forma dónde se encuentra su sistema educativo y qué oportunidades pueden establecer para el futuro; esto significa utilizar toda la información disponible, aprender de las experiencias exitosas de otros países y trabajar con los actores clave en los diferentes niveles del sistema educativo internacional.
Existe una estrecha relación entre educación y el bienestar de una sociedad. Revisando el sistema educativo de Corea, Chile o Polonia es evidente la mejora que un país puede lograr en pocos años cuando las políticas adecuadas son desarrolladas, contextualizadas e implementadas.
A través de este acuerdo, la OCDE y México se han unido para ser punta de lanza en un nuevo esquema para proveer la información necesaria respecto a las políticas que pueden ser desarrolladas, contextualizarlas a las necesidades de México y llevarlas a buen término.
Esto hace de México un líder. Hace dos años, México decidió trabajar con la OCDE para identificar y recibir consultoría en cuáles prácticas, de sistemas de alto aprovechamiento, pueden ser utilizadas para su contexto específico; de esta forma, demostró su capacidad para cambiar y mejorar. México puede sentirse orgulloso de innovar en el sector educativo. Como bien dijo el Secretario General, el más grande de sus estados es del tamaño de Portugal, Grecia o Reino Unido. El reto fue entonces promover reformar es uno de los más grandes, complejos y diversos sistemas educativos de la OCDE. Y estamos dispuestos a lograrlo. Como Directora para la Educación de la OCDE, me gustaría compartir con ustedes algunos puntos interesantes de la importancia de este proyecto para nosotros.
Este proyecto tiene el mayor número de actores involucrados a nivel nacional y local, siendo de diferentes áreas como gobierno, Secretaría de Educación Pública federal y estatales, profesores, Congreso, empresarios, sociedad civil y actores internacionales. Esto ha hecho una diferencia increíble en nuestro trabajo y ha establecido un esquema de mejor entendimiento e implementación exitosa. Ha incluido un amplio espectro, revisando aspectos primarios del sistema educativo y ha proporcionado un gran número de recomendaciones (alrededor de 50).
Me gustaría agradecer a las autoridades educativas en México por su cooperación invaluable a lo largo del proyecto. Es también el proyecto con donde más se ha involucrado un Secretario de Educación y las autoridades de la Secretaría. Su compromiso con él es muestra de la importancia que otorga el gobierno mexicano a la educación. Por nuestro lado, debo decir que es, también, el proyecto con el mayor grado de involucramiento de oficiales de la OCDE.
Los principales productos de este trabajo son dos publicaciones que les presentamos el día de hoy. Una de ellas es Mejorando Escuelas: Estrategias de Acción en México, donde la OCDE ha formulado 15 recomendaciones para ayudar a México a posicionar el éxito de sus escuelas y estudiantes como la mayor prioridad en la formulación de políticas educativas. Es una agenda de políticas orientadas a la acción de escuelas, directivos, maestros y maestras, que reciban un mejor apoyo para realizar su trabajo en México y asegurar el aprovechamiento de los alumnos y alumnas; disminuyendo el ausentismo, fomentando la graduación a tiempo y reduciendo las inequidades del sistema educativo.
1) Fortalecer la labor de los maestros y maestros requiere establecer estándares claros de trabajo, programas de preparación docente de alta calidad: atraer a mejores candidatos, profesionalizar el reclutamiento de nuevos docentes, mejorar la selección y evaluación de los maestros y vincular de forma más directa el desarrollo profesional de los profesores con las necesidades de las escuelas.