Las profesiones ocupan un papel central dentro de la dinámica de la vida social y a lo largo de la historia reciente han sido valoradas y reconocidas socialmente por el aporte que hacen a la sociedad al contribuir a su bienestar y desarrollo. Generalmente se concibe que una profesión es la actividad especializada del trabajo dentro de la sociedad y a la persona que la realiza se le denomina “profesional” o “profesionista”. Asimismo, de manera ordinaria, se entiende por profesión la facultad o capacidad adquirida por el sujeto, para realizar un trabajo especializado, tras un proceso de enseñanza - aprendizaje en un campo de conocimiento determinado. Por lo anterior, resulta importante reflexionar en la trascendencia que tienen los procesos de enseñanza – aprendizaje que se llevan a cabo en las aulas universitarias, donde, desde una visión de educación integral, se forma a los hombres y mujeres que en un futuro próximo, con los conocimientos adquiridos, el desarrollo de sus habilidades y la internalización de ciertos principios y valores, servirán al grupo social donde se encuentran insertos.
Es importante tener la categoría de titular, pues permite el acceso a los financiamientos para investigación tanto de la universidad como de fuera de ella, a la coordinación de grupos de trabajo y a la posibilidad de obtener un puntaje alto al concursar por los estímulos académicos institucionales, lo que se traduce en un complemento monetario que aumenta el salario. Actualmente, los profesores de la Facultad perciben el paso ascendente de una categoría o nivel al siguiente como positivo, en la medida en que el ascenso mide y reconoce el nivel de preparación y el desempeño académico. La categoría académica a la cual se pertenece habla de la trayectoria y del estatus profesional de los individuos, diferenciándolos.
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